En las protestas en las que participó en las calles venezolanas y en los actos públicos que encabezó desde su exilio en España se erigió siempre como la voz que el chavismo había intentado callar al encerrar a su marido, Leopoldo López. Con una camiseta blanca en la que destacaba en color el rostro del líder político apresado durante las marchas de 2014, pidió su libertad, pero también la de otros prisioneros. De aquella experiencia vital y como activista, unido a su formación como coach, surge 'Camino hacia la libertad: manual para la liberación de presos políticos'. Un programa de entrenamiento del que es directora y que se presenta hoy en Madrid con testimonios de personas que lo han aplicado.