El 'premier' garantiza "el apoyo blindado a Ucrania" en la antesala del tercer invierno de la guerra, aunque evita pronunciarse sobre la utilizaciones de los Storm Shadow.
Fuentes del Gobierno británico aseguraron, sin embargo, que no ha habido un cambio en la postura oficial, contraria al uso de misiles británicos en suelo ruso, ante la preocupación -compartida por Estados Unidos y por los aliados de la OTAN- por una posible extensión del conflicto y una confrontación directa con Moscú.