En una entrevista reveladora, Martín Murano, hijo de la infame Yiya Murano, discute las similitudes y diferencias entre el modus operandi de su madre y el de una Gloria Aurora Panucci de 79 años, acusada de drogar a sus víctimas. Mientras Yiya utilizaba un enfoque seductor y discreto, esta mujer se muestra desafiante e histriónica. La conversación explora cómo ambas mujeres manipulaban a su entorno para cometer sus crímenes.