El debate sobre el arroz integral y el arroz blanco es habitual en muchos hogares, y cada uno tiene ventajas e inconvenientes.  
La principal diferencia radica en el proceso de pulido del arroz. El arroz integral conserva la cáscara, rica en fibra, y tiene un índice glucémico más bajo.  
Esto hace que el arroz integral sea más recomendable para quienes padecen diabetes o desean aumentar su ingesta de fibra. 
Aunque no hay diferencias significativas en calorías y proteínas, el arroz integral ofrece más magnesio, fósforo y vitaminas del grupo B.  
Por otro lado, el arroz blanco es una excelente fuente de energía rápida, lo que lo hace ideal para quienes buscan ganar masa muscular. 
Al tener menos fibra, el arroz blanco permite consumir más antes de sentirse saciado, mientras que el arroz integral favorece la sensación de saciedad más rápidamente.  
La elección entre ambos debe depender de tus objetivos dietéticos y de tus gustos personales.