Tomás, un niño de 10 años, fue víctima de un tiroteo entre facciones rivales mientras jugaba a la pelota frente a su casa en el barrio Santa María. A pesar de los esfuerzos por llevarlo rápidamente a un centro médico cercano, Tomás no sobrevivió. La comunidad y su familia claman por justicia y medidas para evitar que más niños sean víctimas de la violencia en la zona.