El té verde suele ser elogiado por sus beneficios para la salud, como su capacidad para favorecer la digestión, reducir la inflamación y disminuir la presión arterial.
También se ha demostrado que el té negro favorece la función cardíaca y cerebral. La pregunta, por tanto, es qué té es mejor para la salud.
Tanto el té negro como el verde contienen cafeína, potencian la liberación de hormonas como la serotonina y la dopamina, además de estimular el sistema nervioso.
Se ha demostrado que el EGCG, también presente en el matcha, protege el sistema inmunitario, previene contra bacterias y virus, inhibe el crecimiento de células cancerosas y mejora la resistencia.
"El té verde favorece de forma natural la activación del sistema inmunitario y la aceleración del metabolismo", explica la experta en nutrición deportiva Sandra Lordén.
El té negro forma su propio polifenol en fase de oxidación llamado ‘teaflavina’, que tiene propiedades antioxidantes, mejora la salud ósea, reduce el estrés oxidativo y descompone las grasas.
En el té negro se concentra un aminoácido llamado ‘L-teanina’, que puede mejorar la concentración y aumentar la circulación sanguínea.
Según los expertos, tanto el té verde como el negro son un complemento saludable de la dieta, junto con una alimentación equilibrada, buen sueño, ejercicio y consumo de agua.