El traspaso de poderes de 2014 en Costa Rica se refiere a la entrega de la presidencia de Laura Chinchilla a Luis Guillermo Solís. Chinchilla, del Partido Liberación Nacional, concluyó su mandato el 8 de mayo de 2014.
Solís, del Partido Acción Ciudadana, asumió en un contexto de desafíos económicos y sociales. Su gobierno se enfocó en la lucha contra la corrupción, la transparencia y la inclusión social.
Este traspaso fue significativo por representar un cambio de partido en el poder y consolidar la alternancia democrática en el país. La ceremonia fue un evento formal que reflejó el respeto a las instituciones y la continuidad de la democracia en Costa Rica.