Miedo y fantasmas han resurgido este domingo en EEUU cuando el Servicio Secreto ha abierto fuego contra un hombre armado con un AK-47 que esperaba, agazapado, en los arbustos de uno de los campos de golf propiedad de Donald Trump en Florida, mientras el ex presidente jugaba. Se encuentra sano y salvo y en ningún momento estuvo a tiro, según las fuerzas del orden. El sospechoso está detenido.