Septiembre Amarillo es una campaña mundial centrada en la prevención del suicidio, que comenzó en Brasil en 2015 y se ha extendido a otros países.
El problema es grave y afecta a más de 800.000 personas al año, una cada 40 segundos.
Esto subraya la urgencia de hablar de salud mental, pero ¿cómo hacerlo en el lugar de trabajo?
Sensibilización
Organizar charlas, talleres y actividades para educar y desmitificar la salud mental, tomando como base las directrices de la OMS.
Programas de apoyo
Desarrollar líneas telefónicas de ayuda, sesiones de asesoramiento y asociaciones con profesionales especializados para ofrecer apoyo confidencial a los empleados.
Formación de líderes
Preparar a los líderes para que sepan identificar las señales de estrés y los problemas de salud mental, ayudando a prevenir el agotamiento y a crear un entorno más seguro.
Comunicación abierta
Animar a los empleados a expresar sus preocupaciones sobre salud mental sin temor a represalias, promoviendo un entorno más acogedor.
Establecimiento de límites
Promover el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, respetando las pausas y los tiempos de descanso para evitar la sobrecarga y el agotamiento.
Cultura de apoyo
Fomentar una cultura de apoyo mutuo entre compañeros para reducir el aislamiento y la soledad, creando un entorno más solidario y comprometido.