La ceremonia de entrega de los Martín Fierro 2024 fue una suerte de autocelebración de la industria. Consciente de la caída general de audiencia, en un ecosistema audiovisual en la que la TV dejó de ser la gran mayoría, la velada del lunes por la noche pareció ser la excusa para que la comunidad televisiva se refugie sobre sí misma y se acomode codo a codo para reivindicar al aún medio más popular de la Argentina. Tal vez por eso fue que, esta vez, no hubo debates ni contrapuntos entre los discursos ganadores como era habitual en entregas pasadas. Fiel a estos tiempos, todo fluyó más hacia la emocionalidad de los ganadores que a la actualidad política y social. Los Martín Fierro 2024 parecieron sellar la grieta. Al menos la de la pantalla chica.
Claro que hubo algunas excepciones a esa tácita convivencia en la que no hubo ni una mención ni a la situación económica ni mucho menos a Javier Milei. Por eso sorprendió cuando Lizy Tagliani, premiada por Got Talent argentina, se animó a ver mas allá del glamour que se destilaba en la ceremonia. “No sé por donde vivieron ustedes -dijo la comediante y conductora- pero cuando vine para acá vi un montón de gente en cada esquina pidiendo ayuda en un semáforo o tratando de hacerse un lugar para pasar la noche. Y de alguna manera yo soy solo una de todos esos que del reparto de los pobres le tocó la bendición de tener ese golpe de suerte, ese golpe de magia. Si algún día les toca recordarme en estos premios, no me van a recordar a mí, sino a todos los que día a día luchan para una vida mejor”.
Crédito: Telefé