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Parece una ironía, un ejercicio de sarcasmo, pero dos entidades mundiales con un amplio prontuario de acciones contra la democracia, suscribieron un acuerdo para fomentar la democracia, temas electorales y derechos humanos. Se trata de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la empresa de redes sociales Facebook.
Este fue el tema de la emisión del programa Desde donde sea correspondiente al jueves 25 de marzo.
El doctor en Filosofía Política y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela, conductor del espacio, demostró con datos y reflexiones que es muy escasa la autoridad moral que pueden mostrar los dos compontes del pacto. “La OEA de Luis Almagro, la que perpetró un golpe de Estado en Bolivia, hace un acuerdo con Facebook, una red social que ha atentado contra la privacidad de ciudadanos en todo el mundo y ha vendido sus datos para campañas electorales, suscriben acuerdos sobre temas electorales y de derechos humanos… ¿De verdad?, ¡fin de mundo! –deploró-. Estos tiempos de pandemia han dado para todo, han sacado lo peor de individuos, instituciones y países, desgraciadamente. Me recuerda el estado de naturaleza de Thomas Hobbes”.
El acuerdo
Para iniciar, expuso los términos del acuerdo OEA-Facebook, que fue suscrito por Almagro y el vicepresidente de asuntos globales y comunicaciones de la compañía privada, Nick Clegg. Ellos sellaron el convenio por videoconferencia tras una reunión de trabajo de sus equipos.
“El objetivo es seguir mejorando las respuestas a temas como la desinformación, la transparencia electoral, la libertad de expresión o la protección de los defensores de los derechos humanos, con miras a un debate más plural. El acuerdo prevé desarrollar e implementar proyectos conjuntos de investigación, programas de entrenamiento, capacitaciones y divulgación de estudios en áreas de interés mutuo”, reseñaron las notas de prensa.
El prontuario antidemocrático de la OEA
Tras mostrar los puntos del acuerdo, el moderador procedió a explicar por qué son tan dudosas las credenciales de la OEA en el campo de la democracia.
Uno de los eventos más recientes en el expediente antidemocrático de esta organización internacional es el caso de Bolivia. En las elecciones presidenciales de 2019, la OEA habló de “manipulación dolosa e irregularidades graves” y luego se demostró que fueron acusaciones infundadas. “Su postura fue detonante del golpe de Estado y el hecho de que los bolivianos tuvieran que soportar un año de un gobierno de facto, terrorista y ladrón porque ya están surgiendo las denuncias de todo tipo de irregularidades administrativas. Esto ha llevado a que se prive de libertad a la exdictadora Jeanine Áñez, mientras acá, en Venezuela, por cierto, Guaidó sigue en la calle”, planteó Pérez Pirela.
Justamente, la detención de Áñez ha sido el motivo de la más reciente disputa entre OEA y Bolivia. Almagro ha salido en defensa de la exgobernante de facto, alegando que el gobierno de Luis Arce “ha transformado los mecanismos judiciales en instrumentos represivos del partido MAS”, por lo que exigió la liberación de Áñez y otros presos.
Esa actitud de Almagro ha sido repudiada firmemente por Bolivia. La cancillería de ese país lamentó que la OEA , al asumir la defensa de esas personas, ignore a las víctimas de la dictadura.
El Parlamento de Bolivia también rechazó la injerencia de Almagro en las decisiones internas del país.
El Parlamento Andino igualmente “rechazó la intromisión de la OEA en los asuntos internos de Bolivia porque sienta un peligroso precedente para una organización creada con el propósito de buscar consenso, fomentar el diálogo interamericano y la solución pacífica de controversias en el continente".
Del mismo modo, criticó al secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, por exigir la libertad de la exdictadora Áñez en lo que se entiende como "una intromisión en asuntos internos del Estado Plurinacional de Bolivia al proponer, entre otras cosas, crear una comisión internacional para investigar supuestas denuncias de corrupción y para reformar el sistema jurídico boliviano".