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Freud descubrió cómo sanar la psique a través
de la palabra (+Pérez Pirela en Viernes de filosofía)
Sigmund Freud colocó la luz sobre la parte más oscura de nosotros: trató de iluminar el inconsciente y para ello encontró una llave privilegiada: la palabra. El padre del psicoanálisis se convenció de que en la palabra estaban los principios básicos, estructurantes, fundacionales para llegar a la parte más extensa y desconocida de la psique y así aliviar los males de sus pacientes.
En esta oportunidad, el Viernes de filosofía de Miguel Ángel Pérez Pirela tuvo un ligero desvío hacia el campo de la psicología, pues el autor sobre el que disertó fue Freud, el médico austríaco que, con sus descubrimientos acerca de la palabra como instrumento de sanación, rompió con la tradición médica que consistía en tratar los problemas mentales con fármacos, baños termales, masajes y hasta choques eléctricos.
El moderador de este espacio (edición especial de los viernes de su programa cotidiano Desde donde sea), partió de una de las categorías fundamentales planteadas en las tesis freudianas: el inconsciente.
“Pensamos que somos conscientes. Decimos frases como ‘soy consciente de lo que está pasando’ o “estoy consciente de mis errores’, pero sobre eso hay malas noticias: en realidad no somos conscientes de casi nada. Si la psique es una torta, el consciente es apenas una porción, un pequeño triángulo. El resto de la torta, la gran mayoría de lo que somos es inconsciente –explicó-. Así vemos caer un primer lugar común, el de que somos conscientes. No somos conscientes de casi nada. La mayoría está caracterizada por la oscuridad de la inconsciencia”.
El gran descubrimiento de Freud fue entonces que hay algo que se llama inconsciente y que es la gran parte de cada ser humano.
“El psicoanálisis, a través de la terapia, trata de iluminar esa gran parte de nosotros que no sabemos que somos, pero somos. La gran pregunta es cuál es la llave que nos permite acceder al inconsciente. Para Freud esa llave es la palabra. Ella es la clave para ingresar a eso que no conocemos y que explica nuestro comportamiento”.
Precisó que para Freud, buena parte de lo que está almacenado en el subconsciente y que determina lo que somos, nuestra manera de ser con nosotros mismos y con los otros, procede de nuestra infancia.
Resaltó también la importancia que Freud le otorgó a los sueños, otro de los portales para acceder al mundo oculto de cada persona.
“¿Podríamos entender algunos elementos de la cultura como Picasso o Dalí sin el psicoanálisis freudiano, sin la teoría de los sueños? Evidentemente que no. ¿Podríamos entender hechos sociales, aproximaciones sociológicas sin las interpretaciones del superyó? ¿Podríamos entender el feminismo? No. ¿Podríamos hablar de sexualidad y entendernos sexualmente sin Freud? Prácticamente es imposible –aseveró-. Toda la tardía modernidad y la posmodernidad es transversalizada por las teorías de Freud”.
Advirtió Pérez Pirela que Freud es un autor polémico, con muchísimos detractores, críticos e incrédulos. Sim embargo, ninguno de ellos pudo evitar la revolución psicoanalítica que ubicó al ser humano frente la incomprensión de sí mismo y con ello, le abrió la posibilidad de entenderse.
“La doctrina de Freud nos permite llegar a la raíz. Por lo tanto, podemos decir que es un pensamiento radical”, acotó.
La palabra alivia
En forma irónica, citó la frase “menos gimnasios, menos neuróticos ocupados en sus cuerpos y más psicoanálisis”, pronunciada por el protagonista de Merlí, una serie de Netflix sobre un peculiar profesor de Filosofía de bachillerato. “Muchas veces estamos tristes, violentos, agresivos o no entendemos nuestro cuerpo, nuestros deseos, nuestra sexualidad y entonces resolvemos guardar silencio, apelando tal vez a lo que decía Ludwig Wittgenstein, que ‘de lo que no se puede hablar es mejor callar’. Allí aparece Freud y dice lo contrario: hay que hablar mucho de sí para descubrirse. Muchos de los malestares de la sociedad contemporánea pueden tener una explicación en nuestra infancia. Los primeros años determinan lo que somos, la relación con la madre y con el padre. Entender los elementos estructurales de nuestro pasado, de nuestra historia es clave. Es pertinente tratar de entender el presente a través del análisis del pasado personal”.
Señaló que antes de Freud, quien vivió entre 1856 y 1939, la comunidad científica pensaba que podía resolver los problemas psíqu