El Equipo de Investigación de Desde donde sea pasó revista a los países de Europa donde ha comenzado a reanudarse las actividades.

“Dinamarca, Noruega, República Checa y Austria pusieron fin a sus etapas de distanciamiento social. Francia, que durante un tiempo fue epicentro, reactivó varios tipos de comercio desde el 11 de mayo. Las escuelas francesas recibirán pequeño número de alumnos. En París regalan tapabocas en las entradas del metro. Según mi parecer y por conocer esa sociedad, están tomando una decisión demasiado apresurada. En Bélgica, la mayoría de las empresas reabrió, pero siguen cerrados bares, café y restaurantes y también las escuelas hasta el 18 de mayo. En Países Bajos reabrieron las escuelas y bibliotecas. En Suiza también se han reabierto casi todos los comercios, con pautas de distanciamiento social. En España, país que tanto sufrió, se permiten reuniones de hasta 10 personas desde el 11 de mayo, los equipos de fútbol retomaron entrenamientos, pero no reabrirán las escuelas hasta septiembre, lo cual aplaudo. En Reino Unido, donde el primer ministro era incrédulo y terminó enfermo, retornaron los trabajadores que no pueden hacer su labor a distancia. Italia, otro de los países más sufridos, mantiene clases suspendidas hasta septiembre, el uso de mascarilla en transportes es obligatorio y el 18 de mayo abrirán los comercios minoristas, teatros, iglesias y bibliotecas. Y está el caso de países como Alemania, en los que nunca aplicó una cuarentena absoluta, sino que el gobierno federal delegó la decisión en los estados. En resumen: se está abriendo Europa a una velocidad que a muchos nos parece algo suicida”.

Por ejemplo, en Italia se publicaron fotos de personas sin mascarilla y sin respetar la distancia, nada menos que en Milán, en Lombardía, la zona que sufrió como ninguna otra, hace apenas semanas. “Tengo que citar otra vez a Hegel: la historia no le ha enseñado nada a nadie. No han pasado dos meses de los días en que los periódicos de Milán traían 18 páginas de obituarios, y ya la gente de allí se salta la cuarentena”.

Luego de mencionar las medidas que se han tomado en otras naciones, desde Islandia hasta Grecia, Pérez Pirela expresó que cuando se cumplan dos o tres semanas de reapertura en Europa, será interesante para los países del continente americano verse en ese espejo. “Podemos evaluar los resultados de esta reapertura paulatina. Si me preguntan a mí, me parece muy irresponsable lo que se está haciendo en algunos países de Europa, aunque no tanto como lo de EEUU y Brasil”.

Añadió que en América Latina, países menos afectados, como Paraguay, ha decidido reactivar 50% de su sistema productivo, mediante lo que han llamado una cuarentena inteligente.

Tocó el caso de Venezuela, que acaba de prorrogar la cuarentena por un mes más. “Es difícil para Venezuela entender el tema de prorrogar la cuarentena, porque acá, afortunadamente, no sucede lo que se ha visto en Guayaquil, gente cayendo muerta de bruces en plena calle. Algunos opinan que por esos buenos resultados deberían levantarse la cuarentena, pero es lo contrario. Es por esas bajas cifras que tenemos que seguir en esta línea de disciplina social para evitar que la pandemia nos dé”.

Posición de la OMS

Presentó la posición oficial de la Organización Mundial de la Salud, el organismo rector a escala global. Los rebrotes que se han presentado en Japón, Singapur y Alemania, llevan a la OMS a decir que todos los pasos deben ser controlados. “Para levantar las medidas es necesario ser capaces de detectar con rapidez los nuevos casos que surjan. Es una postura conservadora. Que no se diga después que la OMS no alertó a tiempo”.

Los criterios de la OMS para flexibilizar son: 1) Que la transmisión del virus esté controlada. 2) Capacidad del sistema de salud para probar, aislar y tratar los casos. 3) Medidas preventivas en lugares especiales para la ciudadanía como los centros de trabajo. 4) Gestionar el riesgo de importar casos de otros países. 5) Que estén minimizados los riesgos de un nuevo brote. 6) Que toda la ciudadanía se adapte a estas nuevas normas.

“Si hacemos un paseo por Europa y EEUU veremos que ninguno de estos criterios se está cumpliendo lo que favorece un alargamiento de las curvas de contagio a escala mundial. Eso tendrá efectos negativos, incluso para las sociedades en lo económico y social”, vaticinó.


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