El filósofo y analista político Miguel Ángel Pérez Pirela considera que la oposición venezolana desea hacerse con el poder a través de una desestructuración del Estado, emulando lo que ocurre en Colombia.

Para justificar su apreciación, Pérez Pirela sostuvo que “el gobierno colombiano, que el estabilishment colombiano, que la burocracia colombiana, que los medios de comunicación privados colombianos, en su gran mayoría, son enemigos de Venezuela, enemigos jurados de Venezuela” y que ello es consecuencia de décadas de supeditación a los intereses estadounidenses.

De ahí que, a su parecer, sea importante poner sobre el tapete todos estos elementos y relacionarlos con el más reciente intento de invasión, en la cual un grupo mercenario, amparado por Colombia, se entrenó en su territorio y la utilizó como base de despegue.

En tal sentido, exhortó a mirarnos en el espejo colombiano. Colombia es hoy día, una nación en la que coexisten tres Estados: “el Estado del gobierno colombiano, el Estado guerrillero, que tiene zonas; el Estado paramilitar, que tiene zonas y los unos no pueden entrar en la zona de los otros, al menos que sea a tiro limpio”, señaló.

Verse en el espejo de Colombia, implica plantearse interrogantes y escenarios que no resultan nada esperanzadores: “¿Queremos una Venezuela con dos presidentes, con varias Fuerzas Armadas, donde por aquí mandan estas Fuerzas Armadas, por allá mandan los paramilitares, por allá mandan los malandros, por allá mandan los guarimberos…?”, inquirió. “Venezuela es una e indivisible. Y la lucha que está dando el pueblo venezolano todo -chavistas, independientes y opositores- es porque Venezuela se mantenga una y no se vuelva esta guerra continuada en la cual se ha convertido Colombia”, completó.

Para ilustrar el drama de los tres Estados, el filósofo recordó que el vecino país “tiene cien años en guerra” y que esas lesiones en su tejido social han expulsado fuera de sus fronteras a millones de desplazados. De estos, seis millones hacen vida en Venezuela. No se trata de algo que nadie querría para su país. O casi nadie.

El ala violenta y extremista de la derecha local, encabezada por personajes como Juan Guaió, Leopoldo López, Carlos Vecchio, David Smolansky o Julio Borges, sí desea eso. “Están soñando con llegar al poder a partir de la desestructuración del Estado venezolano, están soñando con llegar al poder a partir de los cadáveres de Venezuela. Están soñando con llegar al poder a partir del acabose total de eso que nosotros conocemos como la República Bolivariana de Venezuela”, afirmó Pérez Pirela.

El alcance de esta última aseveración hace que lo que está en juego –la República Bolivariana de Venezuela, la existencia de la Patria toda, de su paz–, trascienda las diferencias políticas e ideológicas y no sea adecuado plantear el conflicto en términos de “una lucha intestina entre chavistas y opositores”.

“Nos estamos jugando la paz de la República y nos estamos jugando un futuro de tranquilidad para nuestros hijos, para nuestros nietos, en medio de un Estado uno, de un gobierno uno, de un país uno, de una Nación una, de una Patria una”, insistió el comunicador.

De no ocurrir ello, inevitablemente empezaríamos a transitar por la senda colombiana, “una Patria completamente violada por bases militares estadounidenses como lo es Colombia, diezmada en su población, que ha huido por millones a distintas partes del mundo, con una Fuerza Armada controlada por el Pentágono, como la Fuerza Armada de Colombia; con un país que vive del narcotráfico, con un país que ha institucionalizado el paramilitarismo a través de la parapolítica –ya los paramilitares están en el Congreso de Colombia, en el Senado de Colombia, incluso ocupando cargos ministeriales y presidenciales, como Álvaro Uribe Vélez”, concluyó.


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