Durante la noche del viernes 30 de agosto sonaron las sirenas en los alrededores de Kiryat Shmona, en Israel, por el lanzamiento de numerosos cohetes hacia el norte del país. El ejército israelí afirma que los cohetes habían sido disparados desde Líbano. Según el ejército israelí, algunos de los proyectiles fueron interceptados, mientras que los pocos restantes cayeron en zonas abiertas, provocando incendios. En respuesta a los ataques afirma que su fuerza aérea había atacado varias instalaciones de Hezbolá en el sur del Líbano. El temor a una guerra total en Oriente Próximo se intensifica a medida que prosigue el intercambio de fuego entre Hezbolá e Israel.