Un estudio reciente realizado entre más de 2.000 estadounidenses reveló que el 77% de la población está demasiado cansada para cocinar para sí misma después del trabajo.
Una quinta parte de los encuestados afirmaron que incluso se han quedado dormidos en mitad de la preparación de la comida debido al agotamiento.
La preparación de comidas se consideró más difícil el lunes por un amplio margen (35%), seguido de cerca por el miércoles y el viernes, ambos con un 29%.
El 57% de los encuestados afirma que su ajetreada vida laboral perjudica su dieta, y el 19% afirma sucumbir a la tentación de la comida rápida al menos una vez al día.
El coste fue la principal razón citada por la gente para comer de forma poco saludable, ya que la inflación no deja otra opción a la gente que priorizar la comodidad sobre la salud cuando se trata de su dieta.
Este estudio pone de relieve el problema sistemático de los costes de una alimentación sana, sobre todo en las familias con bajos ingresos, que se ven afectadas al hacer la compra.