El melasma es una afección caracterizada por la aparición de manchas oscuras en la piel, predominantemente en la cara, aunque también puede aparecer en otras zonas como los brazos y el cuello.
La causa exacta del melasma aún no está definida, pero suele asociarse a cambios hormonales, predisposición genética y exposición al sol.
Los principales síntomas son manchas oscuras con contornos irregulares, que no causan dolor, pero pueden afectar a la autoestima.
Estas manchas se producen debido a una mayor producción de melanina en las zonas expuestas al sol.
Para prevenir el melasma, es esencial el uso constante de protección solar. Recomendamos elegir protectores solares con un FPS alto.
El tratamiento debe ser guiado por un dermatólogo y puede incluir el uso de cremas aclaradoras, medicación tópica y procedimientos con láser.
La combinación de una buena fotoprotección y tratamientos específicos puede ayudar a igualar el tono de la piel y reducir las manchas.