En un sorprendente hallazgo que recuerda el histórico robo en Acassuso hace casi 20 años, la policía de San Isidro ha descubierto un túnel de 220 metros de largo y 3 metros de profundidad que se dirigía hacia una sucursal del Banco Macro en la zona norte. El túnel, construido con notable precisión y técnicas avanzadas, fue encontrado gracias a un repartidor que notó algo extraño mientras entregaba un café.
El repartidor sintió golpes inusuales en el chasis de su vehículo y al investigar, descubrió una varilla de fierro saliendo entre las baldosas. Al intentar levantarla, se dio cuenta de que había una fuerza subterránea impidiendo su movimiento. Alertó inmediatamente al banco cercano, lo que llevó a las autoridades a descubrir el elaborado túnel.
Inicialmente, la policía dudó si se trataba de una obra pública abandonada o en curso debido a la complejidad del túnel. Sin embargo, tras confirmar que era parte de un plan para robar el banco, comenzaron las investigaciones oficiales.
El túnel estaba reforzado con varias varillas metálicas para asegurar su estabilidad y permitir el avance subterráneo hacia el banco. Las imágenes muestran bolsas negras llenas de tierra extraída durante la excavación.
Este intento fallido destaca no solo por su audacia sino también por la sofisticación técnica empleada por los delincuentes. La policía continúa investigando para identificar a los responsables detrás del megatúnel.