Intentando aislarse del regreso de Carles Puigdemont a Cataluña después de siete años fugado de la justicia española, el líder del PSC, Salvador Illa, salió a correr a las cinco de la madrugada como hace cada día, antes de dirigirse al Parlament acompañado de su esposa para afrontar el debate de investidura. Una sesión parlamentaria que estaba en el aire, ante la duda de si Puigdemont iba a ser detenido y el presidente de la Cámara, Josep Rull, suspendía la sesión, pero este ha mantenido la normalidad del pleno después de que el líder de Junts se escabullera entre la muchedumbre que lo recibió en el Arco del Triunfo y la pasividad de los Mossos.
Así que de forma inopinada, el debate de investidura ha empezado con la ausencia de Puigdemont en la Cámara y un primer guiño del líder del PSC al independentismo, que muestra más allá de su pacto con ERC la voluntad de Illa de querer trabajar mano a mano con el nacionalismo esta legislatura, asumiendo el relato de que son los jueces que están torpedeando la aplicación de la ley de Amnistía por motivos políticos. "Nadie ha de ser detenido por los hechos que los repres