Hola, hola, dijo en el arranque el expresidente. Pueden sentarse, cortó en seco a los que lo celebraban. Y allí nomás viajó breve pero hasta los orígenes del PRO. Se dijo parte de una generación de “viejos meados” y luego: “Mucha emoción, la misma que cuando creamos este partido hace 20 años. Recuerdo Lafinour, cómo nos costaba llenarlo y juntar a vecinos interesados en escuchar”. Dijo que era importante “contarnos nuestra historia y escuchar”. Volvió a cada etapa del PRO, desde el arranque hasta llegar primero al 2015, luego al 2019 y finalmente a Milei, a quien presentó como “Javier” y del que dijo sentir mucho “respeto”.
“En 2023 los argentinos retomamos el camino del cambio y demostramos que aquello que dejamos sirvió”, señaló cuando habló de los modelos. Recordó que diez años atrás, cuando le tocó asumir, era “impensable discutir si una empresa era estatal o no” y habló del saqueo de la mala política. Luego, se definió como padre del modelo surgido en diciembre del año pasado. “Por primera vez se entendió que pusimos en agenda la importancia de reducir el gasto público y tener un presupuesto equilibrado. En definitiva, aportamos sensatez a la Argentina y conseguimos respeto en el mundo entero pero a pesar avances la macro no actuó a tiempo”, saltó sin una gota de autocrítica ni ponerse colorado. Volvió a decir que fue víctima de un intento de golpe de estado por las piedras en el Congreso el día de las protestas por la reforma jubilatoria. Y en tono de autocríticas, sólo dijo un par de líneas. “Las internas entre 2019 y 2023 fueron muy dañinas JxC nos alejó de nuestra esencia, fuimos más Juntos que Cambio. Y peor, en 2021 nos faltó convicción para defender cambios que una amplia mayoría acompaña”.
Crédito: PRO Argentina