Una singular biblioteca funciona desde hace 10 años en un puesto de fruta de la Central de Abasto de la CDMX, su objetivo es fomentar la lectura entre entre trabajadores y marchantes. Los requisitos para acceder a los ejemplares son las ganas de leer y cumplir un código de honor.
Para más historias, sigue nuestras redes sociales y vista: https://www.jornada.com.mx/