No son medusas, aunque lo parecen, tampoco son peces ni restos de plástico enterrados en la arena. Las salpas son pequeños invertebrados marinos de aspecto transparente y gelatinoso. Se están viendo mucho este verano, tanto en el Mediterráneo como en el Cantábrico.
En el norte no era habitual verlas, pero el aumento de la temperatura del mar las ha llevado a invadir playas de Cantabria, Asturias o País Vasco. Se pueden ver en solitario o en familia, formando cadenas de hasta 15 metros y son totalmente inofensivas.