Un hombre fue interceptado en Shenzhen (China) cuando intentaba introducir en China continental más de 100 serpientes vivas en sus pantalones.
Los funcionarios de aduanas revelaron que el hombre había ocultado las serpientes en seis bolsas de lona pegadas al interior de sus pantalones.
Las bolsas contenían varias especies, ninguna autóctona de China: serpientes de leche, serpientes occidentales de nariz de cerdo o serpientes de maíz.
Las imágenes mostraban que las serpientes eran pequeñas y delgadas, lo que facilitaba su ocultación.
Las estrictas leyes chinas prohíben el transporte no autorizado de animales, especialmente de especies no autóctonas, a través de las fronteras.
El motivo del contrabando sigue sin estar claro, aunque China cuenta con una importante industria de cría de serpientes.
Estas granjas de serpientes son frecuentes en el pueblo de Zisiqao, provincia de Zhejiang, donde se crían millones de serpientes al año.