La inflación anual de tres dígitos y el colapso económico convirtió a la carne en un consumo en un lujo. Un informe de la Bolsa de Rosario del 5 de julio indicó que este año el consumo de carne de ganado podría alcanzar un mínimo histórico desde que comenzaron los registros en 1914. La economía del país, afectada por una inflación galopante, recesión constante y aumento de la pobreza y el desempleo, está viendo cómo la población se inclina cada vez más hacia alternativas más económicas como el pollo y el cerdo.