Las autoridades sanitarias mundiales vigilan con recelo una nueva cepa altamente peligrosa de viruela del mono. Este virus apareció en la República Democrática del Congo en septiembre y desde entonces se ha extendido a regiones cercanas a Ruanda, Burundi y Uganda. La nueva cepa ha causado síntomas graves, como abortos y ceguera, y hace temer un posible brote mundial. A diferencia de las cepas anteriores, esta se propaga fácilmente por transmisión sexual y por contacto no sexual dentro de los hogares. Esta amplia capacidad de transmisión es "increíblemente preocupante", según Trudie Lang, de la Red de Salud Mundial de la Universidad de Oxford. Con más de 600 casos graves identificados, los investigadores creen que solo estamos ante "la punta del iceberg". La OMS ha hecho hincapié en la necesidad de abordar el aumento de casos, instando a que se realicen esfuerzos inmediatos de contención. Los expertos valoran la posibilidad de administrar la vacuna contra la viruela a grupos de alto riesgo, como los profesionales del sexo y el personal sanitario.