Una multitud de motivos, entre los que destaca el encarecimiento del nivel de vida, están detrás del cambio radical que previsiblemente se producirá en las elecciones británicas del próximo 4 de julio. La City da por descontado el relevo laborista, liderado por Keir Starmer como futuro primer ministro, que ha hecho del crecimiento económico su principal promesa.