Steve Bannon, el estratega, confidente, asesor y amigo de Donald Trump, ha ingresado este lunes en una prisión de Connecticut para cumplir una sentencia de cuatro meses por desacato, después de negarse repetidamente a acudir a una citación del Congreso de EEUU en el marco de la investigación del asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 y por no entregar documentos sobre su papel en la estrategia de Trump para no conceder la derrota electoral.
Bannon, experto como pocos en propaganda, desinformación y campañas de comunicación, lo ha hecho con un show ante las cámaras. Acompañado de la congresista de Georgia Marjorie Taylor Greene, una de las más radicales del Partido Republicano, pro rusa y partícipe de la mayoría de conspiraciones del país, incluyendo la de que Joe Biden no ganó las elecciones. Con un pequeño grupo de seguidores, pero también de detractores que le gritaban "traidor". Y todo apenas minutos después de grabar un episodio para su influyente podcast, War Room. "Soy un preso político", ha asegurando entre críticas al fiscal general de EEUU, Merrick Garland.