El general Juan José Zúñiga, comandante general del ejército boliviano hasta hace unas horas, ha entrado en la Historia de las Américas por la puerta de atrás, como tantos otros militares. Al frente de varias unidades, el militar con nombre de escritor forzó la puerta de acceso a la sede del gobierno en La Paz y penetró con sus hombres para encararse allí con su jefe, el presidente Luis Arce. Como si se hubiera leído los capítulos del asalto al Palacio de la Moneda en el Chile de Salvador Allende y Augusto Pinochet.
"No voy a permitir esta insubordinación", respondió firme el mandatario al general. Este realizó varios brindis al sol a favor de la democracia, incluso aseguró que "al Ejército no le faltan cojones para velar por el futuro de nuestros niños, por el bienestar del pueblo".