La catedral de Siena tiene fama de ser una de las más hermosas de Italia. Lo que se conoce como "puerta del cielo", un pequeño balcón interno bajo el rosetón de la catedral, permite una visión única del interior del edificio gótico-románico. Pero su verdadera belleza permanece oculta durante la mayor parte del tiempo.
Ahora, y como viene siendo habitual un par de veces al año, la catedral de la ciudad del norte de Italia retira la alfombra que protege su verdadero tesoro: su impresionante pavimento de 1.300 m2, compuesto por diversos mosaicos que retratan escenas bíblicas y leyendas italianas con gran lujo de detalles. El enlosado se protege la mayor parte del año bajo un telar grisáceo que garantiza su protección ante las pisadas de los turistas y feligreses.