Día 1 tras el acuerdo histórico (y trabajoso) de Gobierno y PP para la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Se podía esperar en el Congreso una sesión de control algo menos tensa, pero solo lo fue a medias. Porque Alberto Núñez Feijóo se afanó, sobre todo, en justificar ante los suyos —ante el sector duro de su partido— por qué había alcanzado este pacto con el Ejecutivo después de más de cinco años y medio de parálisis. No lo hace para "ayudar" a Pedro Sánchez, sino por cumplir con su "deber" y por limitar la "voracidad del Gobierno". Pedro Sánchez le dio la "bienvenida al acuerdo y al cumplimiento de la Constitución" y, como ya deslizaban en su equipo desde ayer, cuando se vislumbraba el entendimiento, etiquetó a su Gabinete como el "Gobierno del acuerdo".