Es habitual dar propina al barbero, al peluquero, al manicurista… pero ¿y al tatuador? Los tatuajes son una inversión, así que la propina es importante. Esto es lo que sugieren los tatuadores: Pablo Gomez, tatuador afincado en Nueva York, dice que entre el 15% y el 25% se considera una buena propina, independientemente del tamaño del tatuaje. Dim, otro artista neoyorquino, afirma que el 20% es la propina media por un tatuaje nuevo en Nueva York, pero revela que hay gente que no deja propina. Sin embargo, ambos artistas coinciden en que no esperan propina y no se decepcionan si no la reciben. "Cada artista asigna a su obra el valor que considera apropiado, que es el precio cotizado. Así que la propina se convierte realmente en un gesto de gratitud que me dice que el cliente siente que he dado más de lo que esperaba", explica Gomez.