Wikipedia, que miente lo suyo pero es la enciclopedia donde todos buscan respuestas, dice que ‘izquierda’ es el sector del espectro político “que defiende la igualdad social y el igualitarismo…”
Será en las Chimbambas, porque aquí está claro que los ‘zurdos’ apuestan por la insolidaridad regional, la desigualdad entre españoles, el nepotismo, la mangancia oficial y hasta los puticlubs.
No voy a cansarles recitando la letanía de ejemplos, porque todos ustedes están al tanto de las andanzas del Tito Berni, las estafas de los EREs, los apaños de Koldo o los chanchullos del Begoñagate.
Vamos sólo a lo más reciente, a la penúltima tropelía de Sánchez y su cuadrilla de maleantes: la aprobación de la amnistía a Puigdemont.
El lamentable remate de la gansada fue ver a la bancada socialista, a la que los golpistas catalanes acababa de restregar por la cara su claudicación, aplaudiendo histérica el ‘éxito’ de haberle comprado a un prófugo de la Justicia algunos meses más en el poder.
Al final, lo que buscaba el chavista Iglesias nos lo ha traído el PSOE de Sánchez: derogar el régimen del 78, la Transición.
Ahora falta la segunda parte, que es ganar la Guerra del 36, casi 90 años después de concluida y transcurrido medio siglo desde que Franco murió de viejo, en la cama de un hospital de la Seguridad Social que él mismo había inaugurado.
Lo tercero, también si les dejamos, será dividir la Nación en parcelas e instaurar una república de chicha y nabo, con mucho subvencionado y licencia para robar.
Diga lo que diga Wikipedia, la izquierda es una mierda como el sombrero de un picador, sin la mínima capacidad autocrítica, donde prosperan los paniaguados proclives al lametón y se apoya a todo fanático, sectario o proterrorista, que se envuelva en la bandera arco iris, en la del ISIS yihadista o en el estandarte de la emergencia climática.
Mantener al marido de Begoña en La Moncloa es el único objetivo que le queda al PSOE.
En cualquier otro partido, el abandono de los principios básicos y hacer lo contrario de lo que se prometió en campaña, hubiera provocado una rebelión de consecuencias devastadoras.
No en el PSOE, que funciona como un cortijo y donde la sumisión al jefe es de un baboseo que espeluzna.
Lo de Page y Lambán es simple postureo, porque si estuvieran realmente en contra de los enjuagues de su amo, hubieran apelado públicamente a la conciencia de sus diputados - 21 castellano-manchegos y 13 aragoneses- para no votar a favor de una ley nefanda, que va a perjudicar gravemente a los ciudadanos de sus respectivos territorios.
Y no lo hicieron, porque ambos -como toda la piara- quieren seguir chupando del frasco.
Lo tienen claro, damas y caballeros.
Si desean que esto no siga por donde va, si creen que España no se merece a un facineroso como Sánchez y que el PSOE es un peligro para la democracia, vayan en masa a votar este 9 de junio de 2024 y denle al marido de Begoña donde mas le duele.