Cada vez es más evidente que el “punto y aparte” anunciado por Pedro Sánchez era una amenaza, nada velada, contra los medios críticos con el Gobierno y contra los jueces que hacen su trabajo.
En el nuevo argumentario ideado por el ‘presidente enamorado’ (del poder) y puesto en marcha este lunes al anunciar su ya infame decisión de continuar, hay dos objetivos bien claros: acabar con el disenso y con las barreras que frenan su ambición de poder desmedido.
Y para atacar a los medios se ha inventado un neologismo, el de ‘pseudomedios’, al que acompaña, como no, con la muletilla ‘ultraderecha’.