Sigue la cascada de reacciones a la carta del llorón Pedro Sánchez.
Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, tomó parte este 25 de abril de 2024 en un foro econónico del diario ‘Norte de Castilla’:
Ayer, cuando creíamos que no cabía mayor indignidad, Sánchez nos comunica por carta que se escaquea del control dejando a España sin agenda, buscando su propia impunidad. Quien hace dos días buscaba protagonismo jugando a ser estadista, con desaires a Israel, a los Estados Unidos, y solo ha conseguido que lo alabasen Hamas o el Grupo de Puebla, se descuelga con una carta que nos deja en el desgobierno total, dispuesto a enfrentar a los españoles para escapar de sus responsabilidades, sin dar una sola explicación y poniendo en la diana a la propia Justicia.
Su carta es impresentable porque nos sume en una especie de vacío de poder; en un estado de paralegalidad, en el que puedan hacer lo que quieran. Dimita o no. ¿Cabe imaginar en una empresa, que el CEO, con su mujer investigada por los jueces, dijera que suspende su agenda unos días, y que ya dirá algo el lunes? Las acciones se desplomarían ¿No?
La dirigente de la Puerta del Sol aseveró que el presidente socialcomunista demostró no tener el menor aprecio por España:
Nulo amor por España, nulo respeto a las instituciones, nula profesionalidad. Con un daño reputacional al Gobierno en su conjunto, protagonista de toda la prensa internacional para sonrojo de España. Un gobernante está para dar seguridad jurídica, confianza, autoridad moral y un proyecto a la vida nacional. Se hacen todo tipo de cábalas. Los españoles están entre la mofa, la perplejidad, y la angustia.
Sea cual sea la razón última, la fórmula al margen de la legalidad, y las mentiras escandalosas, ambas marca Sánchez, le delatan. ¿Está en funciones el Sr Sánchez, además de estar preso de independentistas, golpistas y pro etarras? ¿Dónde estamos? ¿Adónde nos lleva? ¿Qué cree que es España?
Afeó el hecho de que Pedro Sánchez lleve tiempo rehuyendo las comparecencias públicas ante la prensa:
Ni una explicación, ni una pregunta que haya admitido en una rueda de prensa abierta, todo convertido en una supuesta conspiración para la deslegitimación de los jueces y se atreve a decir en el Congreso aquello de: “sigo creyendo en la justicia”, para luego escribir esa sarta de acusaciones encubiertas en su carta. Una carta infame, entre el sentimentalismo y el chavismo; es impropia de una de las democracias más avanzadas del mundo. Y un chantaje emocional a su gente.
El colmo de la falta de respeto a la Nación, a la dignidad del cargo, a los procedimientos, nuestro buen nombre internacional, ¿Dónde nos coloca esto en los mercados y ante las instituciones? ¿Quién está al timón: qué ha ocurrido con Marruecos, con Venezuela, con Santo Domingo; cómo vamos a contener a los independentistas con esta debilidad: los pactos en el País Vasco, ahora cómo van a salir las elecciones en Cataluña? ¿Qué teme este hombre a la deriva?