Los legisladores franceses han aprobado un proyecto de ley histórico dirigido contra los productos de moda ultrarrápida, en particular contra empresas como Shein.
La legislación recibió un apoyo unánime y propone sanciones de hasta 10 euros por artículo de aquí a 2030, junto con la prohibición de hacer publicidad de tales productos.
El Ministro de Medio Ambiente, Christophe Béchu, calificó el proyecto de avance significativo para frenar los efectos nocivos del sector.
La medida llega en medio de una creciente preocupación por la contribución de la industria de la moda a las emisiones de carbono y los residuos textiles.
El Ministerio de Medio Ambiente francés propone incluso prohibir la exportación de ropa usada dentro de la Unión Europea.
El país también ha puesto en marcha un plan de reparación para fomentar el zurcido de prendas y ha destinado importantes fondos a apoyar la iniciativa.
Los críticos sostienen que penalizar la moda rápida puede afectar negativamente al poder adquisitivo de los consumidores.
Shein, una de las empresas afectadas, ha defendido sus prácticas afirmando que tiene un bajo índice de prendas sin vender en comparación con los minoristas tradicionales.
No obstante, la acción legislativa de Francia supone un paso proactivo para abordar los retos de sostenibilidad del sector.