#familias #desaparecidos
Las familias que tienen a una persona desaparecida, además de enfrentar el dolor por no localizar a su familiar, sufren la indolencia de las autoridades de los tres niveles, sin embargo, quienes buscan a su pariente, pierden además el empleo o los hijos desertan de las aulas para trabajar. Por ello, colectivos, abogados, periodistas y académicos piden que a las víctimas de ese delito se les considere como “grupo social vulnerable”.