Un nuevo estudio ha analizado el impacto de las estrellas enanas blancas en sistemas planetarios como el nuestro. Estas densas estrellas, que han agotado su combustible, ejercen inmensas fuerzas gravitatorias que desgarran los cuerpos celestes más pequeños. Puede tratarse de asteroides, lunas y planetas, reduciéndolos a polvo mediante colisiones. Según los descubrimientos de científicos de la Universidad de Warwick, es probable que la Tierra sea engullida por el Sol en expansión antes de convertirse en una enana blanca. Por su parte, los asteroides situados entre Marte y Júpiter y las lunas de este último pueden acabar triturados por la fase de enana blanca del Sol. El estudio, publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, pone de relieve la compleja evolución de tales sistemas