Ahora que la gente utiliza aplicaciones, tarjetas y teléfonos para pagar cosas, el dinero en efectivo, aunque puede que no esté muerto, su uso se ha reducido significativamente a lo largo de los años.
Una moneda que se ha quedado en el camino es el penique, cuya fabricación cuesta actualmente tres céntimos.
Aquí tienes tres cosas prácticas que puedes hacer para dar uso a tu colección de peniques no deseados.
Venderlos.
LifeHacker afirma que los "doomsday preppers" en línea están dispuestos a comprar peniques al por mayor, ya que creen que el metal tendrá valor cuando la civilización se derrumbe.
Los peniques acuñados entre 1909 y 1958, conocidos como peniques "de trigo", tienen dos tallos en el reverso.
Los de trigo valen una media de 4 céntimos, mientras que los raros se han vendido por miles e incluso millones, por lo que merece la pena consultar a un coleccionista.
Colócalos.
Los céntimos se pueden reutilizar en casa como azulejos para decorar mesas y marcos de espejos.
Un consejo es limpiarlos a fondo antes de utilizarlos; basta con usar vinagre blanco, sal y un paño.
Pesas.
Dado su pequeño tamaño y su composición metálica, las monedas de un céntimo pueden utilizarse como eficaces pesas en el hogar.
Introduciendo monedas en un dobladillo, puedes enderezar cortinas y asegurarte de que cuelgan bien.
Si pegas más de una, su versatilidad aumentará, ya que podrás detener una cadena que rebote o incluso utilizarla como pisapapeles.