En 1999, en una planta de energía nuclear en Japón, tuvo lugar un incidente que dejó una marca indeleble en la historia médica y ética. Hisashi Ouchi, un técnico de planta, quedó expuesto a una dosis masiva de radiación durante un grave accidente. Lo que siguió fue una lucha desesperada por su vida, marcada por los dilemas médicos y éticos que rodean la frontera entre la ciencia y la humanidad.