Durante el último par de décadas, la industria automotriz china ha crecido de una manera inimaginable. Tan solo en escala de ventas, su mercado es el más grande de todo el mundo y esto ha impulsado el nacimiento de múltiples fabricantes de autos, pero también ha propiciado que marcas de otros países desarrollen modelos específicos para ese país y que trasladen la producción de vehículos globales para allá.