Los aldeanos encontraron a este pobre perro callejero atascado en una valla. Llamaron a un rescatador local, pero nadie respondió y decidieron ayudar a los suyos. La sacaron de la valla y limpiaron todo el barro de su cuerpo. La pobre perra estaba agotada y deshidratada, y lo más probable es que llevara muchas horas atascada.
La cobijaron en una sombrilla y esperaron a que llegara un coche para llevársela. Se negó a comer por primera vez y estaba demasiado asustada. El veterinario le administró suero, antibióticos y los mejores cuidados médicos.
Su abdomen estaba muy magullado y no podía caminar. Necesita tiempo y cariño para recuperarse. Ahora está en un refugio temporal donde recibirá todo lo que necesite. Muchas gracias a los aldeanos y voluntarios por ayudar a esta pobre alma y darle una segunda oportunidad en la vida.