Para sorpresa de Patti Peeples, dos mujeres y una perra con diez cachorros vivían dentro de una casa que ella había reformado. Peeples afirma que ella y su socio tuvieron varios enfrentamientos con las mujeres, que alegaban que tenían derecho a estar allí porque tenían un contrato de alquiler. Pasaron semanas hasta que un tribunal ordenó al sheriff local que desalojara a los ocupantes ilegales y devolviera la propiedad a sus legítimos dueños.