Melissa Bosch, de 39 años, de Olathe, Kansas, observó cómo Mochi, su gato de un año, comenzó a mostrar interés hacia una estantería situada a gran altura junto a la escalera.
El minino dio un salto con la mala suerte de que no calculó bien el aterrizaje y tuvo una caída de lo más hilarante.
Melissa dijo: "A los gatos les gusta estar en la habitación con nosotros mientras estamos dando clases a los peques”.
"Instalamos estanterías pensando que ayudaría a mantenerlos alejados de las reuniones de zoom con los peques de infantil y así evitar las distracciones, pero creo que lo pusimos demasiado alto”.