Kristian Porreca, de 24 años, quiso poner un poco de emoción a su vida, y decidió que el paracaidismo sobre Wollongong, Australia, era la mejor manera de hacerlo.
Situado a más de 12.000 pies de altura, y unido a un profesional del salto tándem en paracaídas como Mick, Kristian saltó del avión y empezó a car en picado con la mala suerte de que las cuerdas del paracaídas se torcieron.
Gracias a que Kristian estuvo rápido, la pareja evitó el desastre girando en dirección contraria para desenredar las líneas, lo que hizo que Kristian y Mick aterrizaran de forma segura en el suelo.
Kristian dijo: "Después de ver varios vídeos en los que las cosas salían mal, supe que debía dar patadas al aire para aprovechar el impulso y girar mientras Mick usaba sus manos para separar las cuerdas”.