Los incendios forestales han devorado más de 400.000 hectáreas de bosques, cultivos y pastizales en el este de Bolivia, donde la región más afectada ha sido Santa Cruz. El presidente de ese país, Evo Morales, aseguró el pasado 19 de agosto que enviaría a 400 soldados a esa zona para apoyar a los 200 militares que trabajaban en las tareas de extinción. Las autoridades bolivianas aseguran que este desastre no ha provocado muertes ni requerido evacuaciones.