Los responsables de la catedral de Norwich (Inglaterra, Reino Unido) instalaron un tobogán con más de 15 metros de altura para que sus visitantes puedan apreciar mejor el techo del lugar y, después, se deslicen hasta el suelo. El reverendo Andy Bryant ideó esta iniciativa y comentó que la atracción ha aumentado el flujo de visitas un 80 % respecto a 2018.