El pasado martes, una mujer acudió a un supermercado en su natal Huaian, en China, y decidió parar en una heladería. Pidió una paleta de sabor congelada y cuando comenzó a morderla se percató de que dentro de ella se encontraban los restos de un roedor.
Fue tanto el asco que terminó vomitando y regresó a la heladería para reclamar por la mala higiene del sitio.