El corto francés demuestra cómo es que no sería aceptable la práctica de matrimonios forzados en Europa o América, niñas menores de edad que son vendidas a hombres mayores que abusan de ellas. 14 millones de menores sufren de esta práctica, mayormente en África y el MedioOriente, pero éste corto lo pone en perspectiva para audiencias de Occidente.