Ángel de María Soto Zarate quería conocer al Papa Francisco en la próxima Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro, cuando llegó a Perú detecto que ya no traia pasaporte. Al regresar al paÍs le entregaron un equipaje con su nombre, la maleta traía 10 kilos de cocaina. La familia y organizaciones católicas consideran que es una injusticia.