Madrid tiene todo preparado para recibir a Benedicto XVI, que llega este mediodía al aeropuerto de Barajas, y donde va a ser recibido por distintas autoridades, entre ellos la familia real, que ha adelantado su vuelta de vacaciones para acompañar al Papa durante su estancia en Madrid. También estará presente el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
Tras su llegada se trasladará hasta la Nunciatura, donde se alojará durante estos próximos cuatro días. Por la tarde, a las 19:30 podrá encontrarse en su paseo con el 'papamóvil' por el centro de la capital.
El centro de la capital luce engalanado y vallado con estrictas medidas de seguridad para salvaguardar a Benedicto XVI cuando salga de la Nunciatura a saludarlo, su primer encuentro con los miles de jóvenes católicos que se agolparán entre Alcalá y Cibeles para darle una calurosa acogida.
De hecho, este pasado miércoles, Madrid ha sido un hervidero de alegría y júbilo católico de todos los grupos de peregrinos que aquí y allá se han desplazado por la capital para asistir a las catequesis organizadas en más de treinta idiomas y ultimar los detalles para recibir al Papa. En este trabajo se han empleado a fondo los voluntarios guiando y acompañando a los peregrinos a lo largo de estos dos primeros días de estancia en la capital.
Por su parte, para Benedicto XVI no ha pasado desapercibida ni la emoción de los jóvenes llegados a Madrid ni de los que se han desplazado para escucharle desde su residencia veraniega de Castel Gandolfo, en las proximidades de Roma. En su tradicional saludo en español, y horas antes de embarcar rumbo a España, el Papa ha felicitado calurosamente a todos los católicos que han trabajado para que salga adelante la JMJ.
El Papa ha deseado que "el importante evento eclesial de Madrid dé abundantos frutos", al tiempo que ha emplazado a los peregrinos a que su oración le sostenga y le "acompañe en el viaje apostólico que mañana (por el miércoles) emprendo a España". Un prolongado aplauso ha seguido a estas palabras de Benedicto XVI, procedente de los centenares de fieles españoles y también hispanoamericanos que lo han arropado en la mañana del miércoles desde su lugar de descanso.
Y es que Madrid es la única capital del mundo, junto a Roma (1986, fecha de su creación, y 2000) que repite cita con el Papa en la JMJ, (Juan Pablo II y Benedicto XVI). Es la tercera para Ratzinger, que celebró la primera en su país de origen. Colonia recibió con los brazos abiertos a Benedicto XVI en su primer año al frente de la Iglesia Católica. Más tarde fue Sidney la capital mundial de la JMJ. Y ahora le toca a Madrid, ciudad cuyos jóvenes católicos parecen conectar con el Santo Padre a la luz del esmero con que los voluntarios han trabajado semanas atrás desde IFEMA y la piña que han formado los peregrinos llegados desde 197 países distintos de todo el mundo.
La visita de Ratzinger y su encuentro con los jóvenes católicos desde este jueves en Madrid se va a centrar en el diálogo. El Papa recibirá los anhelos, las dudas y los deseos de los peregrinos a quien trasladará su preocupación por la actual cultura social que aleja a los jóvenes de la Iglesia Católica al tiempo que se espera una denuncia vaticana del relativisimo.
El Papa lanzará desde Cuatro Vientos el mensaje de no temer a Cristo y continuará el discurso de bienvenida de Monseñor Rouco Varela, quien invitó a los jóvenes a ser partícipes de la evangelización del SXXI, de ser ellos los responsables de continuarla y dar vida a la fe católica. Es el "gran desafía de la Iglesia" en el SXXI y en esta JMJ. En este contexto, durante los cuatro días que durará el encuentro, el Papa invitará a los peregrinos a alejarse del consumismo y del materialismo al tiempo que se espera que el sábado también lacen un mensaje de compromiso a todos los gobiernos para ayudar a la juventud a superar la crisis.
Recepción del Papa
El Sumo Pontífice llegará a Barajas a mediodía, donde será recibido por los Reyes de España, con quienes cenará a título personal (invitado por don Juan Carlos). El presidente del Gobierno también estará presente en la recepción como muestra de que las fricciones por la aprobación de determinadas leyes sociales ya son agua pasada. Tal y como ha adelantado el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, las relaciones son "serenas y positivas. De hecho, nuestra embajadora en la Santa Sede, María Jesús Figa, ha expresado "alegría y agradecimiento" porque el Gobierno ha hecho todo lo posible para que "sea un éxito".